"Hay un niño en la calle".
Muchas veces como ciudadanos que acostumbramos a transitar
las mismas calles todos los días, ignoramos ciertos acontecimientos alrededor.
Uno de ellos, muy grave e injusto, el niño viviendo en las calles.
Lo tenemos tan normalizado que al pasar junto a ellos no
sentimos nada, o tal vez el hecho de que se acerquen da cierta “repugnancia”.
Pero eso no es lo que se debe pensar. Se debe analizar la situación, ver en qué
condiciones vive este niño, si está solo o acompañado por sus padres o un
adulto.
Muchos de ellos sufren el frío, las torturas por parte de otras personas que también duermen en las calles, son víctimas de violaciones y quien sabe cuánto más padecen.
Muchos de ellos sufren el frío, las torturas por parte de otras personas que también duermen en las calles, son víctimas de violaciones y quien sabe cuánto más padecen.
Estos niños no tienen voz. Están totalmente desamparados en
este mundo, nadie se ocupa de ellos por lo tanto aprenden a valerse por sí
mismos.
No se debe ignorar el hecho de que el Estado podría jugar un
gran papel en este cambio social para acabar con la indigencia infantil y
cumplir con sus derechos.
Esta problemática debe llegar al corazón de todos y así poder garantizar un cambio. Si bien, no estamos en su misma situación y no hemos dormido jamás en la
calle, es solo quizás por un acto de solidaridad brindarle un poco de nuestro
tiempo y sacar una bella sonrisa de tan inocentes rostros ignorados por la mayoría.
Actuemos, que todo lo que hablamos y vemos no quede en simples palabras.
Melissa Sanchez
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