"De Horacio a Hamlet". Melissa Sanchez
Hamlet:
Honestamente nunca he encajado en este mundo, siempre he estado solo; hasta que te conocí. ¿Cómo has podido dejarme? Prometimos estar juntos incluso cuando el cielo cayese, cuando el sol dejase de brillar. Pero, ¿quién está vivo y quién está enterrado tres metros bajo tierra siendo devorado por los más asquerosos gusanos? Tú, mi buen amigo Hamlet.
Honestamente nunca he encajado en este mundo, siempre he estado solo; hasta que te conocí. ¿Cómo has podido dejarme? Prometimos estar juntos incluso cuando el cielo cayese, cuando el sol dejase de brillar. Pero, ¿quién está vivo y quién está enterrado tres metros bajo tierra siendo devorado por los más asquerosos gusanos? Tú, mi buen amigo Hamlet.
¿Recuerdas cuando me dijiste aquella noche en que apareció el
fantasma de tu padre: “… hay más cosas en el cielo y la tierra, que cuantas se
sueñan en nuestra filosofía”? (Hamlet, Acto I, escena V) Yo creí en ti, deposité toda
mi fe en ti. Y tú, solo te marchaste.
Un perdedor, un solitario, un cobarde, ¡Eso es lo que soy!
Es en lo que me convertiste. Cada noche cierro mis ojos y puedo verte en mis
brazos, moribundo, diciendo: “Si alguna vez me has tenido en tu corazón, apártate un
tiempo de la felicidad, y respira con dolor en este mundo para contar mi
historia”. (Hamlet, Acto V, escena II). Es lo que he hecho este tiempo, escribir tu
historia ¡Decisión tan egoísta que ha dejado un vacío profundo en mi ser!
Debo tranquilizarme.
Esta soledad me consume.
Me encuentro parado al borde del abismo.
Solo
quiero que todo sea como antes, los dos buenos amigos intentado expandir sus alas y atravesar cada rincón del mundo.
En donde sea que estés quiero que sepas que te quise como un amigo y te amaré siempre
como a un hermano.
Espérame por favor, mi querido Hamlet
Melissa, tu prosa logra creer un clima particular para la expresión de este posible mensaje melancólico. Tus palabras provocan mi compasión por ambos amigos.
ResponderEliminarInés
¡Meli, qué hermoso lo que escribiste! Me encantó y me llegó al alma, realmente sentí como si el propio Horacio lo hubiese escrito.
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