Un recorrido por El lector de Bernhard Schlink
El lector,
editada por primera vez en 1995, es la obra más pupular de Bernhard Schlink, un
alemán nacido el 6 de julio de 1944. Actualmente, Schilnk, además de ser escritor,
se desempeña como juez y profesor de Historia de la Ley. Ha escrito varias
novelas y cuentos, pero El lector fue
una de las pocas que rompió records, ganó muchos premios y además tiene una
adaptación cinematográfica.
En
la historia, Michael Berg, un abogado especializado en Historia del Derecho comienza
contando algunos de los momentos vividos en su adolescencia, en la Alemania de
los años 50, a sus 15 años, y su historia de amor con Hanna Frau Schmitz, una
mujer mucho mayor que él, llena de misterio, que le despierta muchos
sentimientos y emociones.
En esta primera parte se relatan los
momentos más felices de la relación entre Michael y Hanna hasta el momento de
su distanciamiento. El lenguaje está colmado de romanticismo. No así en la
segunda parte, cuando ya han pasado algunos años de la última vez que los
antiguos amantes se vieron. Michael entonces era un estudiante de Derecho, y en
una de las prácticas en las que participó como oyente, de un juicio por los
crímenes cometidos en la Segunda Guerra Mundial por mujeres carceleras, se
encuentra con Hanna. En esta parte, el lenguaje es mucho más sombrío, y esto se
debe al momento por el que está pasando el personaje, quien dice no sentir
ningún tipo de emoción, estar vacío.
En esta segunda parte, Michael se enfrenta
a muchos interrogantes y dilemas relacionados al momento histórico post Segunda
Guerra Mundial, y además sobre su relación con Hanna. En ambos casos, se
refiere al tema de la culpabilidad. En parte, esto se desencadena por la
condena a cadena perpetua a Hanna, que a pesar de ser culpable, de alguna forma
era víctima de sus circunstancias. Su condición de analfabeta hubiera modificado
su condena, y él lo sabía pero aun así no hizo nada para cambiarlo.
Michael aparentaba llevar una vida normal,
hasta se casó y tuvo una hija, pero por dentro sabía que en su vida faltaba
algo. Nunca pudo olvidar por completo a Hanna.
En la tercera parte, hay un salto temporal
aún mayor. Michael ya es un adulto, que tiene buena parte de su vida resuelta,
pero continúa sintiéndose incompleto. Es por esto que decide volver a
contactarse con Hanna –que ya llevaba cumpliendo 8 años de su condena- a través de cintas en las que se grababa
leyendo en voz alta, recuperando uno de los rituales que llevaban a cabo cuando
estaban juntos. A esto se debe el nombre de la novela.
Diez años más tarde, recibe una carta de
la directora de la cárcel en donde estaba Hanna, que le pedía que se presentara
pronto, para ver a Hanna que estaba pronta a salir en libertad.
A lo largo de toda la historia, se puede
notar que los personajes están muy bien caracterizados y que el autor ha
prestado mucha atención en detalles que muchas veces tienen una intencionalidad
que es comprendida por el lector mientras avanza en la lectura.
Pude encontrar una notoria relación con el
contexto histórico en que se desarrolla la historia y el contexto en que el
autor escribió la obra. Además, la profesión de Bernhard Sclink se encuentra muy
presente en el la novela, al igual que en otras de sus obras.
Personalmente, logré meterme en la
historia de tal forma que pude experimentar muchas emociones diferentes a lo
largo de la lectura. Esto que acabo de mencionar, está muy ligado a la
excelente caracterización de los personajes, a la escritura clara y precisa del
autor y a los saltos temporales que se van dando en la historia, cada uno con
sus propias características, que me mantuvieron muy entretenida.
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